A medida que se destruyen los bosques, las especies silvestres pierden su hábitat natural, lo que las obliga a reubicarse y limita su capacidad de supervivencia. Madagascar es una de las principales prioridades de conservación del mundo, con más de 200 especies de mamíferos, 100 especies de lémures, 300 especies de aves y casi 300 especies de anfibios.